Este documento contiene detalles de la organización, tales como el tiempo y la frecuencia de las asambleas, la membresía, las autoridades, los ministerios, las juntas y comités que forman la estructura, y otros detalles que pueden necesitar cambios de tiempo en tiempo. Esto significa que el reglamento no es una camisa de fuerza, o que está escrito en tablas de piedra. Es un instrumento para facilitarnos la tarea, no para impedirla o dificultarla. Sin embargo, no puede alterarse o enmendarse para resolver asuntos imprevistos y temporales. De hecho, casi siempre las enmiendas a un reglamento requieren un estudio concienzudo, recomendaciones valiosas y el voto afirmativo de la congregación. Esto significa que tenemos que ser cuidadosos en la confección y aplicación del mismo. No podemos permitir que un grupo utilice este valioso instrumento para impedir la participación de algunas personas, para sacar miembros de la iglesia o para hacerle la vida imposible al pastor o la pastora. El reglamento no puede convertirse en una vara para castigar a los miembros de la iglesia.
El reglamento tiene que ser «diseñado y hecho a medida» para cada congregación. No podemos copiarlo de ninguna otra iglesia, pues los intereses, los recursos y la misión de cada congregación son diferentes.
¿Qué debe incluir un reglamento?
Insistiendo en la individualización o «congregacionalización» del reglamento, les presentamos una lista de asuntos que debe incluir.
- Nombre completo de la iglesia.
- Propósito del reglamento.
- Membresía – quiénes serán miembros, y cómo se recibirán miembros, cómo se darán de baja, cómo se tratará con ellos en casos de disciplina, ausencias, mal testimonio, etc.; esto es, las personas que pertenecerán a la iglesia y los procesos que se usarán para tratar los asuntos de membresía.
- Deberes de los miembros y oficiales
- Composición (cuántas juntas o comités habrá, cuáles serán y la cantidad de personas que las integrarán) y deberes de los ministerios de la iglesia —juntas, comités—, incluyendo al pastorado.
- Composición y deberes de comités temporales o ad hoc (que sirven a un solo propósito y cuando cumplen su misión desaparecen, como el Comité de Nominaciones).
- Composición y deberes de los ministerios especializados (si los hay) y su relación con la iglesia; por ejemplo, escuelas, academias, corporaciones de acción social.
- Enmiendas – proceso para enmendar el documento.
- Separabilidad – provisiones para anular o dejar en suspenso partes del reglamento.
- Vigencia – cuándo entra en vigencia. Algunas iglesias incluyen un inciso o artículo estipulando sus creencias básicas, tales como la forma de bautismo.
Les presentamos unas guías para la confección del reglamento.
- La organización debe ser lo más sencilla posible, de manera que pueda funcionar eficientemente.
- Hacer distinciones claras y específicas entre la toma de decisiones y la implementación de las mismas.
- La organización debe habilitar la coordinación de todos los ministerios de la iglesia, de tal manera que todos contribuyan al propósito común: la misión de la iglesia.
- Las líneas de responsabilidad de los grupos y subgrupos deben estar claras; por ejemplo, los ujieres responden a los diáconos, quien a su vez responde al cuerpo directivo (Junta de Síndicos, Junta Directiva, etc.), quien responde a la congregación toda.
- La cantidad de ministerios y de personas en esos ministerios debe estar en equilibrio con el tama- ño de la congregación. Así se asegurarán los recursos necesarios para que el liderato pueda realizar la tarea.
Fuente
EL NUEVO EVANGELISTA
http://www.ibpr.org/recursos/Evangelista_2012_marzo.pdf
https://www.facebook.com/lamparabiblica/posts/1798658283689307
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