sábado, 8 de julio de 2023

Sin Dios no hay sabiduría


Jehová me poseía en el principio,
Ya de antiguo, antes de sus obras.
Eternamente tuve el principado, desde el principio,
Antes de la tierra.
Antes de los abismos fui engendrada;
Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
 (Proverbios 8:22-24)

•Si los valores morales objetivos no existen entonces Dios no existe.
•Los valores morales objetivos existen. 
•Por lo tanto Dios existe. — William Lane Craig 

Todo el mundo hoy día quiere verse como persona inteligente. Todos queremos que nos vean como que sabemos y dominamos algo. Ser catalogado como alguien sabio es un honor. Algunos creen que la sabiduría es saber cosas. Otros creen que la sabiduría es ser una persona espiritual. La sabiduría es según el diccionario, un conjunto de conocimientos amplios y profundos que se adquieren mediante el estudio o la experiencia. También dice el diccionario que la sabiduría es facultad de las personas para actuar con sensatez, prudencia o acierto. 

Pero la Biblia define la sabiduría como el temor de Jehová (Proverbios 1:7). Temor no significa aquí tener miedo o terror. Significa respeto o reverencia a Jehová Dios y sus mandamientos. Ser sabio es vivir como Dios manda. Nadie nace sabio ni sabiendo, la sabiduría es algo adquirido.

La sabiduría y los valores no son conceptos humanos. Los científicos que estudian el comportamiento humano no han encontrado un gen de valores o sabiduría. Los filósofos que estudian los valores le atribuyen la existencia de éstos al ser humano pero eso no es correcto y por eso hay tantas filosofías que buscan explicar el porqué de la vida sin éxito. El ser humano es un ser físico y espiritual. La parte física busca placer y supervivencia. La parte espiritual busca conectar con Dios. Físicamente nuestro cuerpo no considera los valores. Espiritualmente nuestra alma reconoce que hay cosas que son buenas y otras son malas. 

Aún sin religión o conocer a Cristo las personas tienen una noción de lo que es el bien y el mal. Por eso dice la Biblia que tienen una ley escrita en sus corazones (Romanos 2:15). ¿De donde viene esa noción del bien y el mal? En la filosofía existe lo que se conoce como los valores morales objetivos. Son valores que se mantienen independientemente de la opinión que se tenga de ellos. Por ejemplo, torturar a un niño está mal independientemente de qué se opine sobre ello. Contrario a las personas que dicen que la moral es algo subjetivo (que depende de las personas y el tiempo) la realidad es que los valores tienen una base objetiva que no cambia y que está antes de que los seres humanos aparecieran en el planeta. 

Cuando en el libro de Proverbios se personifica a la sabiduría se le coloca  como que estuvo antes de la creación. El plano moral estaba antes de que existiese todo. Dios creo todo por lo tanto los valores morales objetivos provienen de Dios y por eso no cambian porque Dios no cambia (Hebreos 13:8). Ser sabio es vivir con valores, ser sabio es respetar lo que Dios dice. Los valores no se construyen, se adquieren y la fuente de los valores es Dios. Por eso dice la Biblia que si queremos sabiduría debemos pedírsela a Dios (Santiago 1:5). Si queremos vivir con valores debemos acercarnos a Dios y a su Palabra, La Biblia. 

Buscar valores en otra parte o en uno mismo solo lleva a la inmoralidad. Es como un barco a la deriva que ignora el faro o la estrella polar. Tarde o temprano terminará estrellándose en las piedras o al garete en altamar sin posibilidad de encontrar un puerto. 

El hombre sin Dios está perdido. El hombre sin Dios no es sabio. Para vivir sabiamente hay que vivir moralmente y solo se puede vivir moralmente si se cree en Dios y si se respetan sus mandamientos.