viernes, 8 de septiembre de 2023

Del deleite a la ruina

Hombre necesitado será el que ama el deleite, Y el que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá.
Proverbios 21:17 

Hace muchos años atrás recuerdo la historia de un deportista que narraba cómo terminó en la pobreza luego de haber sido un millonario. Según el deportista retirado cuando él era joven su talento lo llevó a hacer seleccionado para una de las ligas más importantes de fútbol americano. Cuando comenzó a recibir los miles y luego millones de dólares el joven se dedicó a despilfarrar. Estaba en fiestas, gastaba su dinero en mujeres, en autos exóticos en ropa vistosa y le hacía regalos a sus amigos. 

Uno de mis cuentos favoritos es el de la cigarra y la hormiga. Cuenta de una hormiga que trabajaba diariamente buscando y guardando comida y una cigarra que se pasaba todo el día cantando sin hacer nada. La cigarra criticaba la hormiga porque trabajaba demasiado y la hormiga le decía que guardara alimento porque el invierno iba a llegar. Cuando llegó el invierno La cigarra estaba sin comida y la hormiga estaba cómoda en su casa con alimento para poder pasar el invierno. 

La tendencia de algunas personas a despilfarrar y a tener cosas lujosas es la causa de que no tengan lo suficiente para tener una casa o un auto. Hay personas que se entusiasman con lo que tienen y rápido lo gastan. La idea de guardar no es una muy practicada por ésta nueva generación. Pero la Biblia nos advierte que tenemos que evitar los gastos innecesarios y excesivos. Una de las historias más claras que nos da la Biblia es la parábola del hijo pródigo. La historia de un joven con mucho dinero que lo gasta y cae en la ruina.

La Biblia nos habla y nos aconseja que seamos modestos. Que tengamos control. Ese control debe ser en todo lo que hacemos incluyendo  también lo que gastamos. La advertencia que nos da la Biblia cuando dice que "la prosperidad de los necios los echará a perder"
(Proverbios 1:32) es que si por una bendición logramos tener prosperidad seamos sabios y no nos pongamos a gastar y a regalar sin control. 

El hedonismo no es de Dios. La Biblia nos manda a controlarnos Y esto es porque los cristianos tenemos que no solamente que glorificar a Dios con nuestras vidas sino también servir de ejemplo para los que están fuera. No hay nada malo en ser pobre pero si esa pobreza es causada por descontrol entonces sí hay algo malo. No hay nada malo en disfrutar de lo que se trabaja pero todo con moderación es el consejo que nos da la Biblia.