domingo, 21 de noviembre de 2021

Mejores ojos

El ojo humano es una de las maravillas de la naturaleza más sorprendentes que hay. Si se estudia bien, está tan bien hecho que no existe cámara que a aproxime a su nitidez y resolución. Sin embargo a pesar de su complejidad nuestros ojos no son mejores que los de algunas especies animales. 

El águila tiene una visión tan fina que puede con detalle una moneda de diez centavos desde una altura de dos millas de distancia. Los ojos de las libélulas tienen más de 30,000 lentes y detectan el movimiento más mínimo que par un humano no sería perceptible. Las palomas piden ver miles de tonalidades de colores y las serpientes tienen visión infrarroja que les permite ver en la oscuridad. 

El ser humano ha logrado compensar su desventaja visual creando lentes especiales y cámaras. Aún así nuestra visión es limitada. Hay cosas que no podemos ver como el futuro, las intenciones de la gente, algunas señales de alerta. Nuestra visión es limitada y hay cosas para las cuales no hay lente. ¿Que hacer en esos casos? 

Recuerdo cuando era pequeño, tenía una vecina anciana que le gustaba coser. Se llamaba Doña Cecilia. A veces cuando estaba en la casa de ella me pedía "Ayudame a enhebrar este hilo". Ella tenía más de 70 años y casi no veía a pesar de tener unos enormes lentes. Una vez tenía su aguja e hilo se dedicaba a coser por largas horas. 

A veces hay situaciones en las que necesitamos mejores ojos. Hay cosas que no podemos ver y que nos causan angustia. Es en esos momentos en los que tenemos que pedir ayuda a alguien con mejores ojos. Cuando Doña Cecilia me pedía enhebrar su aguja ella esperaba confiando en que yo, con mi mejor visión la iba a ayudar. Ella confiaba en mi visión. Nosotros podemos estar seguros de que la visión de Dios es mejor que la nuestra. Es es algo seguro. 

En algunas ocasiones he orado "Dios mira esto..." Hay cosas que muchas veces no entiendo y en esos casos espero hasta que Dios, con su visión me ayude a ver mejor, me cuide o me alerte. Hay veces que es mejor esperar porque nuestra visión es limitada y la de Dios es perfecta porque el hizo nuestros ojos y nuestros oídos. 

Pídele a Dios que te guíe. Déjalo que mire por ti. Espera y confía en su visión. 

Dios te bendiga.