No hay nada más dañino que una persona chismosa. Sin embargo el chisme es algo que atrae y gusta. La curiosidad por saber cosas secretas de otras personas es atrayente. Hay gente a la que no le gusta el chisme pero se entretienen.
Hermanos, el chisme es pecado. Tan mal está el que lo riega como el que lo escucha. ¿Saben porque el chisme es como un bocado suave? Porque es fácil... Es fácil hablar de otra persona sin confirmar si lo que se dice es cierto o no. Es fácil escuchar un chisme y reírse sin saber si el que lo está contando dice la verdad o miente. Es facil destruir la reputación de otra persona. Es fácil regar un chisme y dañarle la carrera a alguien diciendole cosas a sus superiores...
Lo fácil no necesariamente es bueno. El pecado no es algo feo, al contrario, se pinta bonito para esparcirse. Aquel fruto que se comió Eva en el Edén debió verse bien bonito como para olvidarse de la advertencia de Dios.
Si vamos a hablar de otra persona que sea para edificar. Y si es algo malo vaya donde la persona y dele un consejo para que mejore. Usted no sabe lo que duele enterarse de que están hablando de uno cosas que no son ciertas y ver gente que por no pasar trabajo prefieren regar un chisme a parar el pecado de destruir una reputación, de dañarle el testimonio a otra persona. Usted no sabe lo que duele ver como se toman represalias contra uno solo porque alguien decidió chismear y no venir donde uno a preguntar si era cierto.
Ahora hablo de los que sin confirmar lo que le trae un chismoso toman posturas, emiten opiniones, cambian su forma de ver a la persona y toman represalias. Jesús dijo que no juzgarámos según las apariencias sino que juzgáramos con justo juicio (Mateo 7:1). Si usted está en una posición de autoridad y sin saber si lo que le dicen es cierto o no toma represalias de alguna índole contra una persona por un chisme me apena decirle que le queda grande la posición.
Oremos por los chismosos para que se arrepientan. Oremos por los que le prestan sus oídos para que adquieran madurez y sepan detener al chismoso y corregir su error con mansedumbre. Oremos para que aquellos que le prestan el oído a un chismoso tengan el discernimiento de no actuar sin confirmar.
Dios les bendiga. Diga NO al chisme.
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