domingo, 6 de marzo de 2016

¿Es el infierno razonable?


1. La justicia de Dios exige un infierno: Dios es justo (Romanos 2), es tan puro e incontaminado que ni siquiera puede mirar la maldad (Habacuc 1:13) y Él no hace acepción de personas porque la oferta de salvación es para todos (Romanos 2:11). Sin embargo, no todo el mal que hacen las personas se castiga en esta vida, hay personas que evaden la ley y en las cortes de justicia suceden en muchas ocasiones injusticias (que irónico), por eso es necesario un lugar de castigo después de esta vida. Si Dios no puede tolerar ni siquiera un pecado ¿cuánto más una lista de pecados de pensamiento, palabra y obra sin confesar? El ser humano prefiere encontrarle fallos a la justicia de Dios con el fin de rechazarla.

2. El amor de Dios exige un infierno: La Biblia dice que Dios es amor (1 Juan 4:16), y el amor no puede actuar de forma coercitiva, Dios no fuerza a amarlo sino que atrae o persuade. Algunos ateos dicen ¿por qué Dios castiga a la gente que no quiere estar con Él? Es que un lugar en donde una persona está separada de Dios y de todo lo que Él ama y proviene de Él no es en ninguna medida bueno, es como pretender estar en un lugar alejado de la luz pero al mismo tiempo con luz, es totalmente contradictorio.

3. La dignidad humana exige un infierno: puesto que Dios no puede forzar el libre albedrío de una persona para entrar al cielo, el libre albedrío del ser humano exige un infierno. Como decía C.S. Lewis, “solo hay dos clases de personas al final de todo: los que le dicen a Dios “sea hecha tu voluntad”, y esos a quienes Dios les dice al final: Sea hecha tu voluntad” (El Gran Divorcio, p. 69 del texto inglés).

4. La soberanía de Dios exige un infierno: Dios tiene el control absoluto de todo el universo, no obstante, a menos que haya un infierno, no habrá victoria final sobre el mal, puesto que lo que frustra el bien es la maldad. El trigo y la cizaña no pueden seguir creciendo juntos para siempre (Mateo 13:30). Así como en la sociedad, donde el castigo al mal es necesario para que el bien pueda prevalecer, también en la eternidad el bien debe triunfar sobre el mal. Si no lo hiciera, Dios no tendría el control definitivo.

5. La cruz de Cristo supone el infierno: si el infierno no existe ¿para qué murió Cristo? ¿De qué nos salvó? ¿de la nada o la aniquilación? Para los aniquilacionistas, Cristo murió para salvarnos de la nada, es este caso, le estamos robando a Su muerte la importancia eterna. Si no existiera una separación definitiva del Bien Supremo de la cual es necesario librar a los seres humanos, la cruz estaría vacía.

6. La razonabilidad del infierno: como diría Jonathan Edwards, es irrazonable sostener que Dios hizo al hombre como una criatura racional, capaz de conocer sus deberes y los debidos castigos si no los cumple, y al mismo tiempo permitirle vivir como le parezca, sin nunca castigarlo por sus pecados y sin hacer jamás una diferencia entre el bien y el mal.


Bibliografía: Si Dios existe ¿por qué el mal?, Norman Geisler, págs. 92-95.

Pronto continuaré con una segunda parte.

-Danny. 

Fuente El Ateísmo es Una Risa 2.0

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