Cuando se analiza el tema de estos alegados evangelios hay que tomar en cuenta que el mero hecho de que a algo le pongan el nombre de evangelio no significa que sea un evangelio ya aceptado como lo son Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Ya las personas que vivieron inmediatamente después de Cristo se encargaron de seleciconar y conservar aquellos escritos que se usarían como evangelios o relatos de la vida de Cristo.
Es un hecho que luego de la era apostólica aparecieron lo que se conoce como "evangelios espurios" y los seudoepigráficos o sea que tenían nombres de apóstoles que originalmente no habían escrito nada. Este grupo de escritos apareció en una época donde el cristianismo se veía atacado por corrientes filosóficos y gnósticas (una corriente filosófica que intentó insertarse dentro del cristianismo). Si un "evangelio" tiene una fecha posterior a la era apostólica se tiene que tomar como sospechoso pues los primero evangelios comenzaron a circular entre 30 y 60 años después de la muerte de Cristo y eran ampliamente aceptados por la comunidad cristiana de entonces y citados por los padres de la iglesia, los discípulos directos de los apóstoles originales.
Ahora que mencionamos los padres de la iglesia es un hecho que la autoridad de los evangelios que tenemos hoy día se estableción en parte a la cantidad de veces que éstos los citaban en sus escritos y sermones. Los llamados "evangelios perdidos" estaban tan perdidos que no existe evidencia de que hayan sido usados por los padres de la iglesia como fuente de predicación o enseñanza.
Cuando escuche por ahí que hay unos "evangelios perdidos" ayude a la persona a no perderse y a leer lo que está en la Biblia que pasó un riguroso proceso de selección y compilación antes de ser presentado como un libro a los cristianos.
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