domingo, 12 de febrero de 2023

El éxito llegará en su tiempo

Qué tienen en común Warren Buffet, Bill Gates, Elon Musk, Michael Jordan y Jeff Bezos. Número uno, todos son ricos. Número dos, todos son exitosos. ¿Pero son todos súper genios o gente súper dotados inteligentemente? A lo largo de mi vida he conocido personas que son más inteligentes que las personas que he mencionado arriba pero no son ricos ni millonarios. De hecho hay gente que son más inteligentes que estas personas y no son millonarios por qué. 

Por otra parte hay gente que es menos inteligente que las personas mencionadas arriba y también son gente rica y exitosa. Por ejemplo tienes a un cantante conocido como Nicky Jam que no terminó la escuela y muchas personas que son reguetoneros que ni siquiera terminaron la escuela y hoy día son millonarios. Personalmente conocí a un comerciante rico que tenía casas, autos y botes que solo había llegado al cuarto grado. Qué tienen en común estas personas además de sus riquezas que los ha hecho exitosos y ricos. 

Un estudio publicado en el European Sociological Review halló que existe una correlación entre inteligencia éxito y riquezas pero solo hasta una cantidad de dinero. Se ha visto que las personas que tienen salario que superan los $50,000 hasta $80,000 al año tienden a tener una inteligencia más elevada. Pero cuando ven a personas que sus salarios e ingresos superan los millones y billones de dólares el estudio hallo que estas personas no tenían más inteligencia que el resto de la población. De hecho ese estudio hallo que muchas de estas personas millonarias tenían a veces menos inteligencia que las personas con más coeficiente intelectual y comparable al de personas que no terminaron la escuela.

¿Si los ultramillonarios no son más inteligentes que el resto de las personas entonces qué es lo que los ha hecho ser exitosos y ricos? El estudio citado arriba no tiene una respuesta a eso. Pero un estudio hecho en la universidad de Catania en Italia examinó mil casos de éxito y halló que ninguna de las personas que eran exitosas eran más inteligentes que el resto de la población. Eso ya se había visto. Pero llegaron en algún momento al éxito por una sola causa y es que nunca dejaron de intentar. Algunos fracasaron tuvieron contratiempos pero volvían a empezar y seguir intentándolo y en un momento lo lograron. ¿Quiere decir esto qué es la perseverancia el secreto del éxito? En parte sí pero el estudio también vio que hubo casos de gente que aunque no se esforzaban en algún momento tuvieron un toque de suerte y llegaron a volverse famosos y ricos. También han habido casos de personas que han tratado toda su vida de lograr algo y no lo consiguen. Entonces cuál es la clave del éxito qué es lo que pasa que algunas personas tienen éxito, triunfan y se vuelven millonarios y otros no. 

La Biblia dice:

Vi además que bajo el sol no es de los ligeros la carrera, ni de los valientes la batalla; y que tampoco de los sabios es el pan, ni de los entendidos las riquezas, ni de los hábiles el favor, sino que el tiempo y la suerte les llegan a todos. (Eclesiastés 9:11)

El psicólogo Daniel Kahneman ganó un premio Nobel luego de publicar su libro "Pensar Rápido, Pensar Despacio". En una partes del libro el cuenta sobre los casos de corredores de bolsa que han sido exitosos. A esas personas la gente los ve como gente que tienen una habilidad especial para saber cuándo van a subir y bajar los mercados y por ende maximizar el dinero. Pero haciendo un estudio estadístico y empírico Kahneman hallo que en realidad estas personas tomaron las decisiones correctas en el momento correcto no porque fueran más inteligentes ni porque tuvieran habilidad para ver el futuro sino porque tuvieron suerte. Estuvieron en el momento correcto en el tiempo correcto y tomaron la decisión correcta.

Hay un refrán que dice que "la fortuna favorece a los audaces". La gente que persiste y se atreve a hacer las cosas es la que tiene "suerte". Así que la suerte no tiene que ver nada con haber nacido en una fecha específica o tener un signo zodiacal específico simplemente es estar en el momento adecuado y en el lugar adecuado. 

Para aquellos que creemos en Dios nuestra esperanza no está en la suerte. Cuándo oramos y decimos "hágase tu voluntad" lo que estamos pidiéndole al Señor es que nos guíe y nos ayude a mantenernos para estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, cuando sea su voluntad. El libro de Eclesiastés dice que "todo tiene su tiempo" así que antes que estos estudios científicos aparecieran ya Dios había revelado que es cuestión de saber esperar y perseverar y cuando llegue el momento, aprovechar la oportunidad. 

Tal vez llevas mucho tiempo esperando por algo. Y tal vez llevas tiempo intentando lograrlo. Tal vez sientes que no lo has conseguido por falta de talento o inteligencia. Cómo vistes arriba, el éxito no depende de la inteligencia ni del talento sino de la perseverancia. Es cuestión de esperar y no dejar de tratar. A tu paciencia y esfuerzo agrégale oración y pídele a Dios que te ayude a perseverar y que te revele si esa es su voluntad. Recuerda sus palabras:

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. (Josué 1:9). 

Díos te bendiga. Sigue adelante hasta que llegues al éxito. 

miércoles, 1 de febrero de 2023

No es hora de echar el esquife

Hace varios años atrás yo iba de pasajero en un carro cuando de momento, comenzó a entrar humo. El chófer comenzó a moverse a un lado de la carretera para detenerse. Yo no esperé y salté por la ventana y caí en la calle. Mi preocupación por temor a quemarme en un incendio superó mi sentido común. Gracias a Dios no me lastimé. El chófer se bajó luego de estacionarse y nos alejamos del carro que solo se le quemó el motor.

Bajo situaciones de emergencia se recomienda mantener la calma. Es más fácil decirlo que hacerlo porque el instinto humano es de preservar la vida y correr o pelear es la respuesta automática. Pero por eso se hacen simulacros, para programarse y no ceder al pánico cuando ocurra la emergencia. 


El apóstol Pablo estaba en un barco en ruta a Roma cuando los sorprendió una tormenta. Aquella tormenta los azotó por varios días y ya muchos estaban perdiendo la esperanza de volver a vivir. Pero mientras unos perdían la esperanza otro se desesperaban e iban a hacer algo al respecto. 


Entonces los marineros procuraron huir de la nave, y echando el esquife al mar, aparentaban como que querían largar las anclas de proa. Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si estos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros. (Hechos 27: 30,31)

El esquife es el nombre con el que se conocía antes a las naves de salvamento. Aquí hay varias lecciones. La tormenta los había azotado por catorce días. Los marineros querían salvar su vida pero Pablo les dice que si se van morirán y también morirá la gente en la nave. 

En medio de un proceso de prueba hay veces que queremos salir corriendo y liberarnos. Eso nos aliviará la carga y el sufrimiento. Pero si escapamos no terminaremos la prueba. A veces Dios nos hace pasar por pruebas fuertes y si nos salimos antes de tiempo perderemos una lección. Pero peor aún es que si alguien está viendo nuestra prueba y pudo haber aprendido algo, nuestra salida prematura puede causarles daño también. 

Hay que pasar el proceso, aceptarlo hasta el final. Es cierto que duele y mortifica pero al final veremos la recompensa. ¿Alguna vez se ha preguntado que habría pasado con José si hubiera escapado de la cárcel de Egipto? Tal vez se habría salvado pero sin haber nadie para revelar los sueños de los presos y que uno de ellos le contará al Faraón habrían pasado hambre y muerte toda la nación de Egipto y toda la familia de José. 

No es hora de echar el esquife al mar.  Pidámosle a Dios que nos dé fuerza en medio de éste proceso. El Salmo 23 dice que aunque ande en valle de sombra de muerte Dios está ahí con nosostros (23:4). 

No es hora de echar el esquife al mar.  Aquellos cuatro jóvenes que fueron echados al horno de fuego salieron ilesos y Dios los guardó. 

No es hora de echar el esquife al mar. Jesús sudó gotas como de sangre en Getsemaní pero al final resucitó y nos dió la esperanza de vida a nosotros. 

Hermano y amigo, no eches el esquife al mar. Estás en una tormenta y el barco de tu vida se está  moviendo de un lado a otro. Pero Dios no va a permitir que sufras daño. Al final todos se salvaron y llegaron a la isla de Malta mojados y con hambre pero se salvaron y tuvieron historias que contar y sobre todo pudieron dar gracias a Dios por sus vidas. 

Díos te bendiga.