por Rene X. Pereira
El Papa Francisco afirmó recientemente al dar inicio al período de la Cuaresma, que existen tres medicinas para "curar el pecado"; estas son:
1. La oración 2. La caridad (buenas obras) 3. El ayuno
Sin embargo, la Biblia dice que lo único que, no solo cura, sino que borra nuestros pecados es la sangre de Cristo luego del arrepentimiento y la fe en él. 1 Juan 1:9 nos dice: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad." Por supuestro, el fruto o resultado de ese genuino arrepentimiento nos llevará a una vida de oración, de caridad, de comunión y devoción a Dios, que incluye el ayuno. Pero de nada vale que una persona ore, haga obras de caridad o ayune si antes que todo no acude arrepentido al único que puede limpiarle y perdonarle: Jesucristo.
Los fariseos y saduceos en los tiempos de Jesús eran religiosos muy consagrados y dedicados, que hacían muchas oraciones, daban limosna a los pobres y ayunaban varias veces en semana. Pero eran hipócritas y en sus corazones no había arrepentimiento.
Lamentablemente el Papa promulga un mensaje de obras y esfuerzo humano para ganar méritos, pero pasa por alto el mensaje bíblico de la redención en Cristo y el perdón. El ladrón que estaba crucificado junto a Jesús no tuvo tiempo de ayunar, ni de hacer obras de caridad. Sólo le pidió a Jesús que tuviera misericordia de él y allí mismo Jesús le dijo: "desde hoy estarás conmigo en el paraíso".
Muchas veces las tradiciones y los dogmas religiosos oscurecen el verdadero mensaje del evangelio, revelado por Dios en las sagradas Escrituras. Oro para que el Papa y muchas otras personas puedan conocer y recibir el verdaderto mensaje del evangelio que liberta y redime al ser humano.
Efesios 2:8, "Porque por GRACIA sois salvos por medio de la FE. Y esto no de vosotros por es es don de Dios; NO POR OBRAS, para que nadie se gloríe."
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