viernes, 22 de enero de 2016

La verdadera felicidad dura para siempre


Mateo 25:46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
Hace varios años atrás cuando estudiaba en la universidad recuerdo un ensayo de Octavio Paz acerca de la felicidad. Decía el escritor que la realidad del ser humano es que nadie es feliz en esta vida. Tenemos momentos de alegría que duran más o menos pero no son permanentes. Eso lo dijo Salomón antes que Octavio cuando dijo: Aun en la risa tendrá dolor el corazón; Y el término de la alegría es congoja. Proverbios 14:13

Todos queremos ser felices. Buscamos huir del dolor y la tristeza. Algunos lo hacen consumiendo drogas o alcohol; otros buscan cosas en que divertirse; otros buscan la felicidad en las posesiones; otros la buscan en el sexo. Si notamos los ejemplos anteriores la gente anda buscando la felicidad en cosas materiales y en experiencias pasajeras. El problema del que busca la felicidad en cosas pasajeras es que cuando se le pasa la experiencia tiene que volver a buscar más. El que bebe necesita beber más, el que tiene cosas busca más cosas, el que busca sexo buscará tener más sexo. Todos buscarán sentirse felices y terminarán descubriendo que las experiencias pasajeras cada vez duran menos tiempo y terminarán en la infelicidad.

¿Donde se puede conseguir la felicidad? Hablo de la verdadera felicidad, la que dura para siempre.

Si el ser humano es temporero entonces su felicidad no puede estar en algo temporero. Debe buscar algo que dure más que él, una felicidad eterna. El ser humano tiene una parte eterna en su ser, el alma. Cristo habló de que cuando la gente muriera iba a uno de dos lugares: uno de castigo eterno y otro de vida eterna. Las personas que viven buscando experiencias pasajeras terminarán encontrando que al morir no tendrán felicidad sino castigo eterno. En cambio las personas que buscan de Cristo tienen vida eterna, AHÍ es que tendrán verdadera felicidad porque es eterna.

Amigo y amiga. Si estás buscando felicidad y no has buscado a Cristo no encontrarás la felicidad nunca. De hecho tu historia terminará mal. Cristo te ama y el te ofrece la verdadera felicidad a su lado por la eternidad si lo aceptas como tu salvador y Señor.

Dios te bendiga.

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