miércoles, 20 de enero de 2016

La autoridad no otorga infalibilidad

Una de las personas más intelectualmente brillantes lo fue el apóstol Pablo. Su mente era prodigiosa, eso y además que era un siervo sometido al Espíritu Santo lo hacían ser un hombre excepcional.

A pesar de su brillantez Pablo conocía y sabía sus límites y también reconocía que podía equivocarse:


Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
Gálatas 1:8 '

"Una tontería sigue siendo una tontería aunque la diga el científico más brillante." - John Lennox (Matemático Inglés y apologista)

Que diferencia a lo que hoy muchas personas engreídas por títulos y grados pregonan y practican. Hoy día hay predicadores que si se les señala un error tildan a la persona de hijo del diablo o "enemigo del evangelio". Son personas que creen que un título les otorga infalibilidad, gente que no sabe reconocer su error.

Hubo un tiempo un rey que se creía infalible y superior. Se llamó Nabucodonozor. Y encontramos su historia en el libro de Daniel. Ese rey se creía tan perfecto que Dios lo castigo poniéndolo a comportarse como un animal. Siete años pasó hasta que un día por fin mira al cielo y reconoce que solo Dios es perfecto. Entonces se puso sobre sus pies y recuperó su cordura.

El engreimiento lleva a la caída (Proverbios 16:18). Me da pena decirlo pero hoy día hay mucho engreído en los altares creyéndose grandes. Llevan tiempo pastando y comiendo pasto pero sus congregaciones no se han dado cuenta o no quiere señalarlo. Nabucodonozor no perdió su título de rey a pesar de su locura. Eso era parte de su proceso. Tal vez hoy día los engreídos en los altares están siendo conservados por la misericordia de Dios.

El tener un título no le otorga a nadie un grado de infalibilidad ni hace que sus palabras cobren validez automática. Ese fue el error de los Papas en la historia de la Iglesia Católica. Creían que su título los hacía infalibles y que no podían cometer errores. Olvidaban que eran humanos.

Que muchos pastores, líderes, evangelistas, y artistas andan por ahí con un velo de superioridad falsa. Están comiendo pasto y no lo saben. Cuando reconozcan su error Dios los pondrá sobre sus pies.

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